«Mil cortes en las hojas del árbol del mal equivalen a uno solo en las raíces». Sólo podemos lograr una mejora considerable en nuestras vidas cuando dejamos de cortar las hojas de la actitud y la conducta y trabajamos sobre la raíz, sobre los paradigmas de los que fluyen la actitud y la conducta. (Thoreau)

sábado

CICATRICES I


Recientemente el calor de la Costa Sur se ha incrementado y en ocasiones me veo obligado a quitarme la playera en casa; ese día me dirigí a la puerta, la abrí para que entrara aire y me  olvidé que sin playera una de mis cicatrices se puede ver elocuentemente.  Observando todo lo que sucedía en la calle, me pareció gracioso ver pasar a los niños y fijar sus ojos sin disimulo alguno para observar mí cicatriz hasta que su cuello retorcido se los impedía; otros con asombro veían la cicatriz y mi rostro; pienso que tenían la intención que les contara lo sucedido, con lujo de detalles.  Sólo cuando los adultos me observaban me sentía un poco incómodo y trataba de ocultarla por vergüenza, ya que ellos tienen un concepto propio del porqué de una cicatriz.


En mí cuerpo llevo 2 cicatrices de tamaño considerable, sé con exactitud porque están allí y son fáciles de ocultar, hasta me olvido que las tengo, pero al realizar un estiramiento viene a mí memoria, ya que me causan ardor. La mayoría de personas tratan de esconder sus cicatrices para evitar las miradas de los demás y  los comentarios que puedan surgir; ese sentimiento de verse desnudo al exponerlas al público de algo que causó mucho dolor, y aunque en mí caso son la evidencia de un DIOS lleno de Misericordia y Bondad, me da esa sensación de incomodidad cuando no tengo la oportunidad de explicar del por qué están allí.

Algunas personas piensan que el tiempo sanará las heridas y las cicatrices emocionales. En realidad, el paso a seguir después de reconocer una herida emocional es encontrar cuáles son las causas profundas de dichas cicatrices. Muchas son las razones por las cuales la gente puede estar emocionalmente herida. Surgen de malas situaciones o de vivir en ambientes disfuncionales durante la niñez. Otras son  resultado de algún tipo de incidente traumático, tales como un desastre, un divorcio, la muerte de un ser querido, la violación, el abuso, la pérdida de un hijo, del trabajo o de la casa o ser abandonado. Piensa en la situación que desencadena los sentimientos negativos. Pregúntate qué es lo que más te molesta de la situación o del incidente.

Es difícil reconocer las heridas y las cicatrices emocionales. Quienes han experimentado una gran pérdida, sobrevivido a un desastre o que han salido de una relación abusiva o disfuncional, pueden enfocarse en estabilizar su ambiente externo al actuar como si nada hubiera pasado. Otros pueden sufrir estrés post traumático y revivir la pérdida o el abuso repetidamente en sus mentes. El dolor emocional es capaz de definir o describir con precisión tus sentimientos relacionados con el suceso o con la situación, aún cuando hubiera sentimientos de insensibilidad. El dolor emocional puede definirse como un sentimiento de desesperanza, falta de confianza, culpa, resentimiento, ira, tristeza o no sentir nada en absoluto. También puede significar sentirte diferente con respecto a ti mismo o sentir como si ya no supieras quién eres, con pérdida de la autoestima, la pasión y la confianza.

Para poder explicar que son las cicatrices emocionales, pongo un ejemplo sencillo escrito por la psicóloga Claudia Villar:

“Una paciente mía llegó por primera vez a consulta diciéndome que tenía 2 divorcios y que se sentía extremadamente deprimida porque ya estaba teniendo problemas con su nueva relación. A través de algunas sesiones, pudimos determinar que le molestaba en exceso que no cumplieran con un compromiso ya establecido o que llegaran tarde constantemente a las citas. La situación se había vuelto incontrolable.

A todos nos incomoda la impuntualidad o que nos cambien los planes a última hora, especialmente si tenemos una agenda compactada. Pero tampoco es como para reaccionar de la forma en que lo hacía mí paciente; ella podía armar un gran escándalo, e inclusive terminaba enredada en un pleito con mucha agresión de ambas partes, para terminar con la misma frase: Yo a ti no te importo para nada, todo está antes que yo o todo lo demás es más importante para ti. 

Ella pudo recordar que frecuentemente, en su niñez, su madre le prometía llevarla al cine o cualquier actividad y simplemente no aparecía hasta la noche con la justificación de que había tenido un pesado día en el trabajo. Inclusive, en una ocasión, olvidó recogerla de la escuela y sólo se disculpó diciendo que había tenido un enorme problema en la oficina.

Esa es una cicatriz emocional que mi paciente creyó que en la actualidad (como adulta y ahora mamá) podía contar como una anécdota divertida. Sin embargo, aún seguía haciéndola actuar desde su subconsciente lastimado. Le provocaba actuar con inseguridad cuando su pareja le hacía sentir (sin saberlo) que nuevamente estaba en segundo plano o que simplemente se había olvidado de ella”.

----------------------ooooooo--------------------------oooooo-------------------------ooooo-----------------------

Esta historia puede parecer un tanto trivial para usted mi amigo lector, porque a muchos nos sucedió en un momento de la vida, sentir que la atención de nuestros padres no fue la apropiada y hoy no nos afecta en nuestro diario vivir, como lo consideraba ésta esposa y madre, sin embargo le afectó en su relación conyugal. Es cierto que no a todos nos afecta de igual manera una situación desagradable en el transcurso de nuestra vida, pero si algo está saliendo mal es porque hay algo que no está bien y lamentablemente siempre hacemos énfasis en los efectos, responsabilizando a otros de lo que sucede o el peor de los casos sentirse extremadamente culpables.

>> Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen >> Palabras de nuestro Señor Jesucristo, después de haber sido lapidado en su cuerpo, traicionado, avergonzado y a punto de morir. ¿No sabían lo que estaban haciendo? Que una madre no cumpla sus promesas a su hija y se olvide de ir por ella al colegio, ¿sabrá que eso le creará un sentimiento de desamor y de inseguridad?

Como padres siempre queremos lo mejor para nuestros hijos y esta madre se mataba trabajando y creía hacerlo para su hija.  Bendigo a todas las madres que les ha tocado ser padre y madre para sus hijos y me da tristeza que muchas de ellas no compartan esa carga con el DIOS de las viudas, huérfanos y desamparados, para que les de sabiduría y con ello, sus hijos crezcan con amor y con estabilidad emocional, porque sólo el SEÑOR puede sanar a los quebrantados de corazón y vendar sus heridas (Salmo 143:3). << Mi pueblo perece por falta de conocimiento >> dice la Biblia. Israel pasó sus hijos por fuego, por su ignorancia provocada por la dureza de su corazón. Esto lo trataremos en la segunda parte.
  

5 comentarios :

  1. muy edificante lo que acababo de leer, y me pone a pensar que el pecado ha dejado cicatrices en nuestra vida, cicatrices que sin duda nos traen vergüenza. Pero Cristo nos aseguró que vino al mundo a buscar y a salvar lo que se había perdido, pues no son los sanos los que necesitan médico sino los enfermos. 1 Nuestro pasado no lo espanta ni lo confunde. Su amor es más profundo que las cicatrices de nuestro pecado. Dejemos, pues, de tratar de ocultárselas. De todos modos, a Él no se le puede ocultar nada. Corramos más bien a su encuentro. Cristo ve mucho más allá de nuestras cicatrices, y anhela vernos tal como somos, hasta el punto de haber dado su vida para que eso sea posible.Gracias Dios por tu Amor y tu misericordia

    ResponderEliminar
  2. Precioso tema, realmente de mucha reflexión, porque ninguno de los lectores nos escapamos de tener cicatrices muy dentro de nuestras vidas. No hay mejor cura que confesarlas a Dios, porque es el único que tiene el unguento necesario para sanar, restaurar y aliviar cada una de ellas.
    Muchos hoy en día tratamos de disfrazarlas, nos esforzamos por "engañar" a nuestros semejantes y por "arreglárnolas" solitos para salir adelante, pero nuestros esfuerzos son en vano sin la ayuda de nuestro buen Dios.
    Él es Omnisciente (todo lo sabe), Omnipotente (todo lo puede) y Omnipresente (esta en todos lados), no podemos escondernos de El, no podemos esconder nuestras cicatrices de su presencia, no hay ser en este Universo que nos conozca mejor; nos engañamos a nosotros mismos si pensamos escondernos de su bendita presencia. Acerquémonos confiadamente a Dios, El nos espera con sus brazos abiertos!!!!!

    ResponderEliminar
  3. Tu amiga en Cristo28/5/12 12:58

    HOLA SECO, ME ENCANTA LA ANECDOTA DONDE LOS NIÑOS OBSERVAN SIN DISIMULAR TU CICATRIZ....Y TU....SIN PREJUICIOS, ENTONCES, CUANDO UN ADULTO TE OBSERVA....AUTOMATICAMENTE....POR SER LOS DOS "ADULTOS", ESTÁN LLENOS DE "PREJUICIOS", EL QUE DIRÁN, EL QUÉ PENSARAN, NOS QUITA LA PAZ Y EMPEZAMOS A SENTIRNOS INCÓMODOS POR LA SITUACION QUE ESTEMOS PASANDO.

    LA PUREZA DEL ALMA DE UN NIÑO ES ESPECIFICAMENTE LO QUE ME LLAMA LA ATENCION, ELLOS NOS CONTAGIAN SU PUREZA DE MENTE, ALMA Y CORAZÓN, NOS IDENTIFICAMOS CON ELLOS DE TAL MANERA QUE EL PREJUICIO LO HACEMOS A UN LADO. POR ALGO EL SEÑOR JESUS DIJO, DEJEN QUE LOS NIÑOS VENGAN A MI Y NO SE LOS IMPIDAIS, LA TERNURA EN LA MIRADA DE UN NIÑO PUEDE MÁS QUE UN ELOCUENTE ORADOR.

    DIOS TE BENDIGA, MUCHAS GRACIAS POR COMPARTIR ESTOS PRECIOSOS TEMAS CONMIGO, PIDO A ÉL QUE TE SIGA LLENANDO DE INSPIRACION PARA SEGUIR ADELANTE EDIFICANDO MUCHÍSIMAS VIDAS A TRAVES DE ESTOS LINDOS TEMAS DE REFLEXION..

    FELIZ INICIO DE SEMANA!!!!!!

    ResponderEliminar
  4. Gracias por sus aportes, en verdad me edifican, ya que aclaran mi mente de la forma en que afronto cada situación en mi vida para asirme mas fuerte de la mano de mi padre misericordioso, fiel y justo. Es mi anhelo ser perfectamente congruente al plan divino de DIOS.-

    ResponderEliminar
  5. En base a mis experiencias vividas y con el paso del tiempo he concluido que lejos de Dios solo hay dos caminos que podemos tomar para “superar” esas heridas que nos causan dolorosas cicatrices.
    1.- podemos dejarnos vencer por el dolor que nos causan esas heridas y mostrarnos débiles frente a la vida, sintiéndonos siempre como la victima de todo, que nadie nos quiere, que no valemos nada, indefensos ante todo. Yendo por la vida con un constante dolor provocado por el recuerdo y buscando constantemente consuelo, el cual creemos encontrar muchas veces en alguna pareja, en los vicios, en los amigos, pero ninguno de estos es capaz de llenar ese vacío que llevamos y volvemos al mismo circulo al estar de nuevo en soledad.
    2.- O podemos tomar todo el dolor causado por esas heridas y cubrirlo con sentimientos de ira, dolor, venganza, enojo, rencor, etc. Haciéndonos cada vez más fuerte, o eso creemos, pero en realidad lo que hacemos es endurecer nuestro corazón y bloquear todo sentimiento positivo. Y poco a poco, debido a un duro corazón, empezamos a perder el cariño, la comprensión, la empatía, la amistad y el amor hacia el prójimo. Encerrándonos en un mundo de soledad, de indiferencia por todo lo que ocurre a nuestro alrededor.
    Pero de estos ninguno es el correcto.
    Por el contrario, nuestro único camino, nuestra única verdad y vida es Jesús. (Juan 14:16) y solo en Él encontramos consuelo y restauración.

    ResponderEliminar

Si no tienes una cuenta de gmail(google) selecciona la opción "nombre/URL" e ingresa tu nombre, si la tienes asegúrate que ingreses tu cuenta y contraseña. Al publicarlo te saldrá el siguiente mensaje: »Se ha guardado su comentario«. La aparición del comentario en el sitio puede tardar unos momentos. Si no aparece el mensaje verifica que el formulario este limpio, de lo contrario no fue publicado. Publícalo nuevamente hasta que desaparezca del formulario donde ingresaste el comentario. Gracias por tus aportes.