EL SER INTEGRAL

"Ser o no ser" alma o no alma, cuerpo o no cuerpo, espíritu o no espíritu. Veamos al ser integral según DIOS.
Un personaje huyendo de su amarga realidad, un día despierta y se da cuenta que eso que no le ayudará, ahora es imprescindible para solapar su ansiedad y un dolor que empieza en su cuerpo y termina en su alma, hasta el grado de contristar su espíritu.  Ese ser integral, ahora en su estado caótico sabe que su fin ha llegado, porque está solo dependiendo de algo efímero, un paliativo, estupefaciente, narcótico o droga.

El dolor es algo del que todos queremos huir, sin embargo, al leproso la ausencia de dolor le causa grandes problemas, porque su insensibilidad no le alerta de un posible daño a su cuerpo y termina mutilado y puede morir desangrado.  Por otro lado está el que tiene hipersensibilidad, cualquier contacto con su cuerpo le causa dolor; en ambos casos la persona esta discapacitada para realizar sus actividades.

Hoy amanecí con fuertes calambres, obligándome a mantener las  piernas dobladas y no era   posible estirarlas, tal posición me provocaba dolor, tanto en las piernas como en la cintura, haciéndome sudar a las 8 de la mañana;  con todo esto, mi alma se abatía dentro de mí,  provocando que se mudara mi semblante por lo contristado de mi espíritu. En estos casos, la ansiedad es un detonante para el sistema nervioso central y periférico y no pude estimularlo porque se me habían terminado los medicamentos.

Prendí la TV para distraerme de lo que estaba sucediendo y al paso de una hora la situación empeoraba; quería gritar por la desesperación, pero lo evité para no turbar a mi sobrino, quien se encontraba en el cuarto viendo conmigo una película, donde una joven ve morir a su novio de un infarto, jugando foot ball y semanas después se entera de estar embarazada, mientras su amiga desorientada por el divorcio de sus padres, no cree en el amor y está a punto de hacer una de las locuras de una adolecente moderna…

La película no terminaba, yo quería salir corriendo por la desesperación y al fin pedí de favor que me ayudaran a salir del cuarto, dirigiéndome como de costumbre a la ventana que da hacia la calle.  En ese momento me era imposible contener las lágrimas, como el vino añejándose dentro de un odre viejo y con discreción las retiraba de mis mejillas.  Alzaba mí mirada al cielo como señal de auxilio y al mismo tiempo la bajaba, diciéndome: << ¿Por qué busco en el cielo al que invité entrar a mi corazón para que morara en él?  >> Trataba de recordar una palabra que llegó a mi corazón en la madrugada y aunque se repetía varias veces la olvidé, fue en ese momento que decidí escribir.

A medida que iba escribiendo, los dolores fueron bajando gradualmente al comprender lo afortunado que soy por las oportunidades que mi Padre bueno le ha otorgado a mi vida.  Antes de conocerle mi alma estaba carente de todo afecto natural, llena de resentimiento e insatisfacción, además de una profunda ceguera y sordera. 12 años después, por sutileza de mi adversario, utilizó mis estereotipos ancestrales y sucumbí con mis razonamientos por las corrientes ideológicas que pululan dentro del sistema, hasta el punto que mi alma se entenebreciera, es decir, se  insensibilizara a las cosas espirituales y aunque gemía como el siervo por las corrientes de agua, no era capaz de levantarme, aun sabiendo donde estaba la fuente de agua de vida eterna.

 La práctica del pecado trae caos,  desorden y muerte. Las Escrituras dicen que el Adam (humanidad),  no Adán (hombre), debe ser sobrio, equilibrado, templado, con dominio propio;  sin embargo, hoy podemos ver generaciones insensibles a las cosas espirituales de la luz, porque las tinieblas también son espirituales y dentro de nuestro ser integral se encuentra el espíritu. Esto quiere decir que todos hacemos uso de nuestro espíritu, por tal razón somos espirituales, almáticos y carnales.

El cuerpo y el espíritu son vehículos o recursos que utiliza el alma para comunicarse con los ambientes materiales y espirituales.  En la primera carta enviada a los Tesalonicenses, el Apóstol Pablo dice: << Que el mismo Dios de paz los santifique por completo; y que todo su ser, espíritu, alma y cuerpo, sea preservado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo >> Aquí se puede ver claramente al ser integral, un cuerpo y un espíritu afín al alma.  Cuando alguien muere el cuerpo vuelve de donde fue tomado, el polvo, el espíritu regresa a quien lo dio, DIOS y el alma va a un lugar en donde aguardará para después ser juzgada, según lo que haya hecho con los recursos que se le dio.  El alma que peque, ciertamente morirá.

En una ocasión, un joven emocionado por lo que Jesús hacía, le manifestó su deseo de seguirle, con el inconveniente de primero enterrar a su padre, a lo que Jesús le respondió: << Deja que los muertos entierren a sus muertos >> ¿Ha visto usted a algún muerto enterrando a otro muerto?

Insensibilidad, dureza de corazón, resentimiento, inmoralidad y toda la lista que está en la carta enviada a los Gálatas de los frutos de la carne; todo esto puede provocar ceguera espiritual y hasta la muerte. La mente anímica (animal) no puede entender las cosas espirituales, porque han de discernirse por el ESPIRITU. Yendo más allá, qué diremos de los cristianos carnales, que empezando en el espíritu, terminaron en la carne. ¿Entenderán éstos los designios de DIOS? ó, ¿Seguirán doctrinas de hombres (tradiciones, preceptos humanos)? Concupiscentes, llevados por todo viento de doctrinas.

El profeta Isaías fue enviado por DIOS a un pueblo que teniendo oídos no oiría y teniendo ojos no vería, en el capítulo 29 verso 18 profetiza diciendo: << Y en aquel tiempo los sordos oirán las palabras del libro y los ojos de los ciegos verán en medio de la oscuridad y de las tinieblas >> Obviamente aquí está hablando de ceguera y sordera espiritual, no física y algo debió provocar estos trastornos que necesitaran de algo sobrenatural para ser sanados.

Termino con las palabras del Apóstol Pedro en su primera carta diciendo:

Humíllense, pues bajo la poderosa mano de Dios, para que Él los exalte a su debido tiempo, echando toda su ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de ustedes.  Sean de espíritu sobrio, estén alerta. Su adversario, el diablo, anda al acecho como león rugiente, buscando a quien devorar.  Pero resístanlo firmes en la fe, sabiendo que las mismas experiencias de sufrimiento se van cumpliendo en sus hermanos en todo el mundo.  Y después de que hayan sufrido un poco de tiempo, el Dios de toda gracia, que los llamó a Su Gloria eterna en Cristo, Él mismo los perfeccionará, afirmará, fortalecerá, y establecerá.  A Él sea el dominio por los siglos de los siglos. Amén. (1Pedro 5-7,11)