De pronto el sonido del agua
del chorro de la pila, me despertó. Me apresuro a levantarme para dirigirme a
la clínica del seguro social. Una hora después me dispongo a entregarle mi
carnet de citas a la secretaria. Ella sorprendida me dijo: _Le estuvimos
esperando el viernes. Pensé que estaba bromeando, pero al parecer estaba
hablando en serio. Entre tantas equivocaciones que he tenido, esta vez confundí
el 20/03 con el 23/03. A estas alturas, todos los pacientes que estaban en la
diminuta sala, tenían su mirada en la situación. La secretaria me dijo: _Diríjase
a la ventanilla número 6, tal vez le resuelven algo y de ser así, puede venir y
le atenderemos hoy mismo. Me sonreí, pero por dentro lloré, porque dicha
ventanilla estaba a dos kilómetros de distancia. Tomé aire profundamente y me
aventuré a mi objetivo, deseando que me dijera: _Deténgase, le vamos a atender,
sólo que por favor no se vuelva a repetir. Como siempre, muchos de esos buenos
deseos sólo se dan en mi mente.
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Ventanilla No. 6 |
Llego a la unidad del seguro
social una hora después. Le cuento la situación al de recepción, quien me dio a
entender de forma subliminal, que no se resolvería de buena manera. Por fin
estoy en la famosa ventanilla número 6, allí se encuentra una fémina muy
jovial, quien procurando resolver mi situación, llama a la clínica en donde le
notifican que no es posible atenderme, porque completaron su cupo. No lo podía
creer, pues me habían dicho que podían atenderme. Pedí hablar con alguna
persona quien pudiera ayudarme, por lo que tuve que esperar un buen rato.
Estando allí, de pronto se acerca una persona diciéndome: _Lo estaban buscando
para atenderle. Esta persona me contó que después que salí, dijo una de las
secretarias: _Pobrecito, le vamos a atender. Pero al parecer a quien enviaron
no me encontró o no me buscó. Ante situaciones así, trato de fingir que estoy
discapacitado para que me atiendan, pero después comprendo que no tengo que
fingir, porque en verdad estoy discapacitado y eso duele mucho más, pero
también me entristece el saber que muchas personas piensan demasiado para hacer
lo correcto o sólo son llevadas por atisbos de conmiseración disfrazada de
piedad. Como que la lastima hoy en día es una droga de efecto momentáneo.
Ahora me encuentro en la
oficina de un gentil caballero, y por un momento vi una luz de esperanza, pero
de pronto entró una persona soberbia, quien nos interrumpió abruptamente y dejó
anulado al caballero. Le pregunté si era médico y si comprendía lo que era una
neuropatía, lo que hizo elevar su ego. En un segundo intento le quise hacer
reflexionar que comprendiera mi situación y su reacción fue decirme que él tuvo
un problema en un pie y que nunca dejó de ir por sus medicamentos. Sin duda
alguna, esta persona no tenía idea de lo que yo había vivido con mi lesión
medular. Eso me molestó y me dirigí medio kilómetro más, para hablar con una
trabajadora social, quien me indicó que la persona con quien hablé por última
vez, era el director, eso me indignó, porque en su posición si es que estuvo
lesionado de su pie, de seguro le llevaron su medicamento a casa, y quise ir a
realizar mi denuncia a los Derechos Humanos, luego pensé en la idiosincrasia de
mi país y desistí. Una hora después me notifican que no se puedo hacer nada. Me
dirigí nuevamente a la ventanilla número 6 para aceptar la próxima cita hasta
el mes de junio y quedarme sin medicamento todo ese tiempo.
Dos horas después, me
encontraba en casa de un amigo y su esposa. Al contarles lo sucedido, se
molestó mucho ella, y dijo: Los reos tendrán como derecho, servicio médico y
medicamento gratis, después de haber violentado los derechos de otras personas.
Continuamos conversando de diversos temas y entre ellos me contaron de un
problema que los estaba agobiando mucho y que no podían asimilarlo. Fue
entonces cuando les compartí del Salmo en donde narra de como un hombre justo
cuenta de que por poco sus pies resbalaron por ver la prosperidad del impío. De
cómo sus ojos se le saltan de gordura. Que se mofan del cielo y no les pasa
nada. Que viven muchos días y no carecen de nada, pero que estando a punto de
ir con ellos para pedirles consejo, se acercó al Eterno y allí le mostraron el
camino de los impíos: Que son como el tamo que arrebata el viento. Que mueren
súbitamente. Seguido a este relato, vinieron muchos más, como el de Pablo quien
dice: Todas las cosas ayudan para bien, no dice algunas, sino “todas”, únicamente se debe tener una
mejor óptica del propósito de Dios, cuando se deposita su confianza en Él.
Este tipo de inconvenientes
y otros peores se viven día a día en el seguro social, donde los servidores
públicos piensan que están ofreciendo un servicio gratuito y por ello deberán
aceptarlo como dice el dicho: A macho regalado no se le busca colmillo. No me
detendré en esto último, porque hay mucha tela que cortar, solamente quería compartirles
de que en medio de la tormenta, es posible descansar. Cuando se deba reprender
al mar y los vientos, hay que hacerlo, pues para todo hay un tiempo debajo del
sol. Cuando nos disgustamos: el juicio se nubla, la adrenalina nos insta a
realizar con más ímpetu las cosas; las palabras fluyen con mucha más facilidad,
en ese momento debemos hacer uso de la inteligencia emocional, esa agua fresca
que desciende de lo alto, capaz de apagar las llamas que produce la lengua irritada.
A esta hora, en que estoy
escribiendo, me siento mucho mejor, bueno!! Fue imposible no derramar sudor por
los ojos, como dice un muy buen amigo. Ya casi no escribo, porque debo
reconocer que me han distraído muchas cosas. Que las circunstancias no encajan
con las promesas, pero el que ha de venir, vendrá, no tardará y que muy pronto
amanecerá.
Esas situaciones que has experimentado ni Hermano siempre tocan ni corazón... Dios siga dándote la fuerza, la salud, la energía, la valentía, y la paciencia que necesitas para seguir en el camino... Deseo muchas bendiciones para tu vida .. Te quiero mucho mi Hermano..... Cuidate...
ResponderEliminarDios te siga bendiciendo y te de la verdadera fuerza y paz espiritual mi amigo Maynor, como vos decís es difícil detener el manantial de los ojos ante tales cituaciones,,ánimo amigo un abrazo
ResponderEliminarIndigna situaciones como estas de un seguro social pagado x nosotros mismos...empleados de esa institución devengando un salario de nuestros pagos...q deberían de tener x lo menos la amabilidad... No les cuesta nada poder hacerlo ( y no necesariamente es hacer un favor... Xq es una obligación),..y así cuántas situaciones o casos iguales al tuyo Maynor.???.. Es indignante!!... Ánimo amigo, q Dios te de la fuerza y el amor para perdonar este tipo de personas y actitudes... Abrazos!
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