«Mil cortes en las hojas del árbol del mal equivalen a uno solo en las raíces». Sólo podemos lograr una mejora considerable en nuestras vidas cuando dejamos de cortar las hojas de la actitud y la conducta y trabajamos sobre la raíz, sobre los paradigmas de los que fluyen la actitud y la conducta. (Thoreau)

domingo

Se cosecha lo que se siembra

EL TIEMPO DE LA COSECHA LLEGARÁ
“Carne de cañón” frase hecha que hace referencia a la persona o grupo de personas, normalmente pertenecientes a una muy baja posición social, a las que se expone sin miramientos a sufrir cualquier clase de daño, incluso la muerte. Cuando envían a los soldados con armas inferiores a las del enemigo y sin ninguna preparación, de seguro morirán. Cuando el rey David estaba descansando en la azotea, mientras su ejército se encontraba en batalla, de pronto lanzó su mirada a la vecindad y vio a una bella dama bañándose y la deseó en su corazón y aunque intentó dar batalla, al final fue derrotado y ordenó que se la llevaran. Pensó que todo iba a quedar así, pero ella quedó embarazada y su esposo estaba en batalla. Como el esposo se reusó acostarse con su esposa por estar sus compañeros en la batalla, el rey lo envió como carne de cañón y no porque no estuviera bien preparado, sino que lo mandaron al frente de la batalla y en lo recio de la lucha, lo dejaron solo. Después David simuló ser un hombre compasivo y se llevó a la pobre viuda a vivir con él.

La baja posición social convierte a las personas en carne de cañón. Recuerdo que de pequeño siempre soñé en convertirme en alguien muy importante. No sé con exactitud de donde saqué la idea de convertirme en un científico, quizá fue por la televisión, aunque en esos tiempos no contábamos con una, sino hasta la edad como de 10 años, bueno puede ser que a través de la radio. Lo que si no olvido es como la curiosidad se apropiaba de mi mente de una manera poco usual para la edad que tenía. Mi padre quien era analfabeta albergaba la esperanza que me convirtiera en su mano derecha en los asuntos de la agricultura. Por eso la noticia de querer seguir estudiando no le pareció nada agradable, pero al tiempo cuando vio los resultados de mis estudios, decidió apoyarme. Por esa razón me convierto en un estudiante compulsivo o aprensivo, no sé cómo definirlo, lo cierto es, que fui el primer aldeano en salir a estudiar y además de conseguir una beca en un instituto de formación alemana. El día de mi graduación llegaron de la agencia HINO para que trabajara para ellos, pues al llegar al instituto, les informaron que me encontraba dentro del cuadro de honor, de los cuales éramos 4. Después de negociar que me dieran por lo menos una semana para irme a casa a descansar, emigré a la gran ciudad, a la metrópoli. No sé cómo paso, pero ese sueño de niño, se disipó. Ese adormecimiento duró un buen tiempo y después ingresé a la universidad que me brindó la oportunidad, pues la estatal me las cerró pues debía estudiar plan diario y en mis condiciones no era posible hacerlo, pues debía trabajar para pagarme mis estudios. La estatal no era publica, pues la mayoría eran hijos de personas con posición económica media y alta.

Cuando logré culminar mis estudios universitarios, tuve otra de mis decepciones, nadie me conocía, era solo carme de cañón. Después logré sobreponerme de esa condición y cursé una maestría, pero igual, mi red social no era muy extensa. No tuve un padre que solamente debía hacer una llamada telefónica a uno de sus amigos empresarios para decirle: «Allí te voy a enviar a mi patojo para que lo pongas hacer algo» Con ese algo que hacía, era suficiente para devengar el triple de salario del mío, pero yo decía: «Algún día seré colocho» Frase de mi madre cuando hablada del huisquil. Hoy después de otra súbita caída de 5 años, nuevamente estoy emergiendo. Estoy de vuelta en el campo laboral y devengando menos de la mitad de lo que ganaba antes y eso que antes tenía salario por debajo de la media baja, lo veía así por compararlo con el salario de los demás que trabajaban en el mismo lugar, incluso con menos preparación académica y experiencia laboral. Gracias a la sabiduría de mi PADRE, siempre procuraba hacer negocios fuera del estatus social en donde intentaba ser reconocido. No me quejo. Estoy muy agradecido con el ETERNO, ya que he aprendido a valorar la importancia del sentido de pertenencia, de tener una vida con propósito. Tengo lo necesario, lo que toda persona debe tener por su esfuerzo.

Mi patria, mi país, se ha convertido en carne de cañón, con esa baja posición social que lo limita o poder tener acceso a la mejor formación. Estando de beca en Taiwán tuve la bendición de conversar con un anciano, quien me contó que ellos ahorraban mucho para poder enviar a sus hijos al extranjero a estudiar. Sólo les preocupaba que al regresar llevaban arraigada malas costumbres de esos países extranjeros. Todo en la vida tiene un costo beneficio y deberá evaluarse si conviene o no. Los recién graduados de las universidades son carne de cañón, por ese motivo les ofrecen un salario bajo. Es así que algunas empresas prefieren contratar personal con esa condición.

En Corintios se daban constantes disputas en cuanto a quien se debía seguir. Unos opinaban que se debía seguir a Pablo otros que a Apolo. En consecuencia, de estas carnalidades como solía llamarlas Pablo, en la primera carta enviada a los corintios les dice: «Tanto el que planta, como el que riega, viene a ser una misma cosa. Pero cada uno recibirá su propio salario a medida de su trabajo» El obrero es digno de su salario. No se trata de un obsequio, «se lo ganó» El que siembra, cosecha, simple. Pero hay ocasiones que no sucede así. Como en la ocasión en que Jesús estaba conversando con los de Samaria, después del testimonio de la samaritana con el Mesías junto al pozo. En esta ocasión, les dijo:

El que siega recibe su jornal y recoge fruto para vida eterna; para que el que siembra y el que recoge se unan en alegría.  Por este hecho, el proverbio: «Uno siembra y el otro recoge», mantiene su verdad. Yo los he mandado a recoger lo que por ello ustedes no han trabajado. Otros han hecho la ardua labor y ustedes se han beneficiado del trabajo de ellos. (Juan 4:36,38)


Con esto quiero terminar: No siempre se cosecha lo que se siembra. Esto aplica cuando la gracia y misericordia de Dios están de por medio. Para lo demás, procuremos sembrar de la mejor manera, pues de seguro obtendremos una buena cosecha. -

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