PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD

En estos días he estado pensando en la pérdida súbita del patrimonio de Job, de todo aquello que le daba razones del por qué vivir, según el diablo y que le fue quitado por Satán, excepto su mujer, quien no era una amenaza para los propósitos malignos del príncipe de las tinieblas.  Hay un dicho en mi pueblo que dice: «De los zapatos, aunque sean las gamarras (cintas o correas)» Sólo que esta gamarra estaba puesta al cuello de Job cuando la insensata mujer le dijo: «¿Todavía mantienes tu integridad? ¡Maldice a tu Dios y muérete!».  En su infinita misericordia Dios me ha permitido vivir después del plan siniestro del maligno y conservar parte de mi patrimonio, «mis hijas» pues me quitaron mi hacienda, mis ganados (trabajo y dinero) y me dejaron discapacitado.

En una ocasión conversando con un amigo de México, a quien le aconteció algo similar; él me contaba que cuando tenía esa sensación escalofriante en sus piernas, su esposa se sentaba por horas a rascarle la planta de sus pies y que también lo hacía su madre y su hija;  eso lo uso el enemigo para derribarme emocionalmente, ya que no tenía esposa, mis hijas estaban lejos y mi madre igual; sus palabras fueron: «No tienes a nadie, estas solo, pues aún los que dicen ser tus hermanos te han abandonado, mejor te hubieras muerto» Como dijera el intelectual escritor colombiano José María Vargas Vila: «Cuando la vida es un martirio, el suicidio es un deber» ¡Vaya que anarquista intelectual! Defensor de los derechos de la libertad y justicia de los pueblos que ante la fuerza de su verbo y carácter, se rindieran figuras claves como Pablo Neruda y Gabriela Mistral.

El mundo a lo largo de la historia se ha ido coronando de patrimonios llamados de la «humanidad» Los cuales se convierten en iconos y estos van desde construcciones, hasta personas sobresalientes, los cuales el mundo los reclama como patrimonios de la humanidad, para hacer alarde de ellos como lo mejor que el mundo ha creado y estos dejan de ser de un país para convertirse en propiedad del sistema mundial y así poder presumir de ellos.  En cuanto a mí, salta la preocupación de cuál será el patrimonio que he de dejarle a mis hijas y ciertamente no estoy interesado en lo que el mundo ofrece hoy como legado a mis generaciones, aunque las llamen las maravillas del mundo, pues muchas de ellas son sólo ruinas. Las que antes estuvieron llenas de gloria humana, hoy son sólo vestigios y de las cuales su construcción fue la causa de muchas muertes.

La gloria del imperio Romano yace suspendida en los restos de lo que fuera el famoso Coliseo, construido en el centro de la ciudad de Roma y que se hizo llamar así por el coloso de Nerón.  Fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1980 por la Unesco y como una de Las Nuevas Siete Maravillas del Mundo Moderno en 2007. Su inauguración duró 100 días, participando de ella todo el pueblo romano y muriendo en su celebración decenas de gladiadores y fieras que dieron su vida por el placer y el espectáculo del pueblo. Poseía un aforo para unos 50,000 espectadores, con ochenta filas de gradas. El Coliseo albergó espectáculos de peleas de animales, las ejecuciones de prisioneros por animales, así como peleas de gladiadores. Se calcula que en estos juegos murieron entre 500,000 y 1,000,000 de personas.

Hoy ese lugar fue convertido en santuario religioso llamado entre comillas cristiano, en honor a los prisioneros martirizados durante los primeros años del Cristianismo. El Coliseo siempre ha sido visto como un icono de la Roma Imperial y es uno de los ejemplos mejor conservados de la arquitectura romana. Es una de las atracciones turísticas más populares de la moderna Roma y aún está muy ligado a la institución religioso romana, por lo que su líder  encabeza el viacrucis hasta el anfiteatro cada viernes santo. Se consideró lugar santo al Coliseo y se dice que el Papa Pío V recomendó que los peregrinos reunieran arena del Coliseo como si fuera una reliquia, ya que estaba impregnada de la sangre de los mártires »» ¡Oh Dios, hasta cuando llamaremos bueno a lo malo y a lo malo bueno!««

La crueldad tiene un aspecto tan espantoso, una apariencia tan desagradable, un orgullo tan intratable, una voz tan terrible, una boca llena siempre de amenazas y de órdenes sanguinarias; que no decir nada sobre ella sería algo así como favorecer su difusión. De modo tal, que ella se sabe hacer temer; sepamos nosotros odiarla, reflexión de  Valerio Máximo, acerca de la crueldad en Roma. Crueldad de quien alcanza el poder terrenal influenciado por el satánico. ¿Es este el patrimonio de la humanidad? Es la consecuencia de la rebelión del primer Adán, la que engendra muerte y destrucción y ese será nuestro patrimonio si no nos volvemos al postrer Adán, nuestro Señor y Salvador Jesús el Cristo.

La crueldad, pues lógicamente es un valor o disposición intrínseco a la realidad humana, favorecida más o menos por la presencia o ausencia del deseo de poder, la naturaleza nos da únicamente la capacidad para la violencia; ahora bien, de la circunstancia social depende que ejerzamos efectivamente esa capacidad y la forma de ejercerla; junto a ella nosotros registramos uno de los peores males de la humanidad, la crueldad; esa naturaleza pecaminosa del hombre caído en el huerto y su aparente gloria traerá consigo destrucción, miseria y por último la inevitable muerte segunda, si no se humilla y se vuelve a su Dios.

El patrimonio refleja los bienes adquiridos por herencia, por la calidad del padre (pater: padre; monium: calidad), donde la relación generacional es vertical, ya que viene de diferentes generaciones, sin embargo si hablamos de la calidad de madre, nos estaremos refiriendo a relaciones horizontales, es decir, relaciones con las mismas generaciones. En las Sagradas Escrituras se menciona que la mujer se salvara engendrando hijos y sabemos que humanamente sólo el hombre puede engendrar y sólo Cristo Jesús puede salvar, así que debemos pedir sabiduría para comprender estas cosas, porque la mente carnal no podrá entender lo espiritual por más que se prepare con filosofías humanas y use como fundamento la ciencia, cuando Dios ha puesto un fundamento, «EMMANUEL»  En el futuro ampliaremos sobre el engendramiento con la ayuda del Espíritu Santo, pues hoy es menester hacer énfasis en los patrimonios que son maravillas del hombre.

El hombre se maravilla de lo que puede hacer, aún en su naturaleza caída y busca hacerle culto por generaciones, pero llega el tiempo en que sus apreciaciones cambian y para ello crea instituciones que se encarguen de buscar nuevas maravillas.  Resulta que en cada patrimonio de la humanidad lleva intrínseco idolatría y religiosidad, pues eso es lo que se respira cuando nos adentramos a esa burbuja. El Apóstol Pablo en unas de sus cartas dijo: «Un día conoceré como fui conocido» En el libro de Job hablando de las maravillas de la creación, Jehová le dice a Job: «Tú eras antes de esas cosas» Cuando los expertos analizan la conducta humana de una forma profunda, han llegado a pensar en que son los renglones torcidos de Dios, no todos, y no necesitamos ir muy lejos para darnos cuenta que allí muy cerca, en el huerto del Edén Dios formó al hombre de barro, pero analizar sólo esto puede llegar a que claudiquemos, sin embargo si vamos mas allá, nos damos cuenta que Dios le dio de Su aliento, de Su naturaleza divina, de Su imagen y semejanza. ¿Cómo es Dios? ¿Habrá algo creado por Él que pueda describirlo con exactitud como para plasmarlo en una pintura?

Del templo que construyó Salomón no quedo nada y Jesús dijo: «Ustedes se maravillan de este templo y yo les digo que no quedará piedra sobre piedra» más adelante dijo: «Yo lo levantaré en 3 días» Los discípulos pensaban que estaba hablando de un templo que fue construido en 40 años, por lo que les pareció ridícula tal promesa. Dios no habita en templos hechos por hombres, su presencia ira con aquellos que le buscan y guardan sus mandamientos y prometió restaurar el tabernáculo de David; una simple tienda visitada por su presencia por causa de un hombre que era conforme a su corazón, no era perfecto sí, pero vaya sino necesitamos del carácter de David para hallar gracia delante de nuestro Dios. ¡¡Oh Dios, cambia mi corazón y dame uno conforme al tuyo!! Porque mejores son tus amores que el vino y todo el deleite que el mundo pueda ofrecerme.

Andamos en busca de un buen nombre y estar cerca de los que tienen fama, no se diga  fortuna y hasta los religiosos (carnalidad disfrazada de piedad) dicen: Yo sigo a Pablo, yo sigo a Apolos, pero al final todo termina en ruina, en mito; historias contadas por guías elocuentes que agregan fantasía a sus relatos para no aburrir a los oyentes. Tocante a esto Pablo dijo: «Yo sembré, Apolos regó, pero Dios ha dado el crecimiento».  Así que no es mayor el que siembra, ni el que riega, sino el que hace crecer. ¿Será que todo lo que nuestros ojos aprecian ha sido porque Dios lo hizo crecer? En nuestros días vemos por doquier sufrimiento, desgracia, lipidia, odio, resentimiento, injusticia, engaño, desamor, traición, pobreza, maldad, etc. etc. ¿Quién ha hecho crecer estas cosas? Quien haya mandado a sembrar y regar, será responsable de su crecimiento. Resulta que cuando las cosas salen mal, se echa la culpa a alguien más, al extremo de hacer responsable a Dios, aún cuando lo hicimos en Su nombre. ¿Hacerlo en Su nombre significa que está aprobado por Dios? El que estés harto de las religiones no te da derecho a seguir viviendo disolutamente, porque al final cosecharas lo que sembraste. ¿Alguien te está obligando a sembrar?

Oh Dios! Que el Espíritu Santo le muestre sus obras a los no creyentes para que se vuelvan de su camino; que los creyentes no siembren de tradiciones, costumbres y mandamientos de hombres para que sus obras no sean infructuosas. No confíes en tu propia prudencia pensando en que todo lo que haces prospera, porque aunque crezca y llegue a dar fruto, eso no quiere decir que su fruto sea bueno. Si Dios no te ha mandado a sembrar o a regar no te extrañes que tu obra no prospere y si te ha mandado a hacerlo, no debes jactarte porque mayor es el que da el crecimiento y ese es nuestro SEÑOR.

Porque nadie puede poner un fundamento diferente del que ya está puesto, que es Jesucristo. Si alguien construye sobre este fundamento, ya sea con oro, plata,  piedras preciosas, o con madera, heno y paja, su obra se mostrará tal cual es, pues el día del juicio la dejará al descubierto. El fuego la dará a conocer y pondrá a prueba la calidad del trabajo de cada uno. Si lo que alguien ha construido permanece, recibirá su recompensa, pero si su obra es consumida por las llamas, él sufrirá pérdida. Será salvo, pero como quien pasa por el fuego. (1Corintios3:11-15)