Sintiendo el yugo
desde la infancia
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Estoy aburrido de lo mismo |
En mis primeros años se despertó en mí una sed de indagarlo todo. A mis 5 años ya sabía leer y escribir, algo que me trajo problemas cuando ingresé al ciclo escolar, pues me convertí en la gran molestia para mis docentes, ya que con una tarea mis compañeros se llevaban media mañana lo que me llevaba solamente minutos hacerla, así que empecé a desesperarme, más cuando llegó la época de los dictados, eso era una tortura para mí. Gracias a la política disciplinaria del magisterio, algunos maestros eran enviados de las áreas urbanas a las rurales por castigo y fue así como tuve de mentor a un alcohólico a quien veía dos a tres veces a al mes, situación que me llevó a repetir varios grados, pues mi madre al final de esos ciclos me rompió mi certificado asumiendo que no había aprendido nada, aunque mis notas eran de 90 y 100 puntos. Hasta que después de batallar logré ingresar al básico. Un mundo de posibilidades se abrían a mi paso, el aldeano estaba dando un gran paso en su vida. Me enamore del Álgebra de Aurelio de Baldor, de Copérnico, de Galileo Galilei, Sócrates, Aristóteles y de las féminas. Un aldeano suelto en la preparatoria!
La libertad del
hombre para oprimir a otro

En la Universidad ya
era todo un filósofo y economista. Las frases célebres pronunciadas en un
discurso eran una profunda revelación para mí. El hacer uso de la raíz
etimológica de algunas palabras me daba crédito ante mis oyentes cuando
compartía una conferencia. El poder escuchar a un conferencista de renombre
internacional era épico. Esa corriente utópica arrastró a muchos universitarios
a la montaña para defender una idea llena de nebulosa ambición con matiz especulativa.
La Universidad creada para materializar buenas ideas, despejar variables
sostenibles, se convirtió en cuna de políticos, en lobos disfrazados de ovejas.
Acuñaron una frase con aplicación errónea: «Conocerán la verdad y la verdad los hará
libres» Ciertamente les daba libertad pero para oprimir a los indoctos.
Sus credenciales y títulos los convirtieron en dioses y los que estaban fuera
del alcance de su sabiduría automáticamente pasaban a ser lacayos. El déspota
decidiendo por el débil a través de la opresión. La aristocracia segregando socialmente. El
feudalismo creando incompetentes a discreción.
El yugo de Cristo
encaja a la medida

Poderosos sometiendo
a los débiles. Famosos exigiendo pleitesía. Sometimiento a través de las armas,
la tecnología, la ciencia, la política y la religión. Colonización a cambio de
ayuda humanitaria. Ante toda esta
estructura jerárquica construida por la ambición humana. Ese yugo de bronce codiciado por los hombres
sin escrúpulos y temido por los débiles. Todo esto en la actualidad, en la era
del conocimiento, ese yugo es disfrazado de sistemas políticos tales como:
Democracia y República, donde uno hace legítimo el yugo y el otro administra la
forma de ponerlo. A lo lejos se deja oír una voz diciendo: ¡¡Tomen
mi yugo!! "Mi
yugo es fácil” La palabra fácil
es jréstós en griego,
que quiere decir realmente que encaja bien. Los yugos de los bueyes se
hacían en Palestina y España, de madera; se llevaba el buey al carpintero para
que le tomara las medidas; luego se desbastaba la madera, y se llevaba otra vez
al buey para probárselo: se le ajustaba bien, para que no le hiciera daño en la
cerviz al paciente animal. Es decir: que el yugo se hacía a la medida, como una
prenda de vestir, para que le encajara bien al buey.
La carga se impone con amor

Cuenta una leyenda que Jesús hacía los mejores
yugos de bueyes de toda Galilea, y que iban a su taller de todas partes a
comprarle los yugos para los animales. Es posible que Jesús estuviera usando
aquí un cuadro de su taller de carpintero de Nazaret en el que trabajó fielmente
durante sus años de silencio. Jesús
dice: «Mi yugo encaja bien.» Lo que esto quiere decir es: "La vida que Yo
te doy no es una carga que te desuelle; tu misión está diseñada a tu medida
para que te vaya bien.» Lo que quiera que sea que Dios nos proponga
encajará exactamente con nuestras necesidades y habilidades. Jesús
dice: «Mi carga es ligera» Como decía un rabino: «Mi carga se ha convertido en
mi canción» No es que sea siempre fácil de llevar; pero se nos impone con amor;
se nos propone llevarla con amor; el amor hace ligeras hasta las cargas más
pesadas. Cuando recordamos el amor de Dios, cuando nos damos cuenta que
nuestra carga es amar a Dios y amar a nuestros semejantes,
entonces nuestra carga se convierte en nuestra canción. Se cuenta que una vez
un hombre se encontró a un chiquillo que llevaba a cuestas a otro más pequeño,
que era cojo. «Esa es mucha carga para que tú la lleves,» le dijo el hombre. El
chiquillo respondió: "No es una carga, señor; es mi hermanito.» La carga
que se impone con amor y se lleva con amor, es siempre ligera.
Advertencia a un pueblo acerca del yugo del
hombre

Israel fue advertido por Dios que desistiera de
pedir un rey, pues éste le impondría cargas severas, tomaría a sus mejores
hijos para ir a la guerra y le haría tributar de todo lo que cosechara para el
servicio del reino; pero este pueblo fue segado por los falsos resultados visto
de sus naciones vecinas, las cuales alardeaban de poseer una estructura
política estable, un estado de derecho viable. Hoy el pueblo sigue esperanzado en
que algún hombre surja y le quite ese pesado yugo que lastima su cerviz. Un
pueblo duro de cerviz, es pueblo duro de corazón. Situación que no le permite
tener un juicio claro para aliviar su dura carga. No le importa cómo
conseguirlo, simplemente anhela despojarse de él. Esteban dirigiéndose al
pueblo, dijo: «¡Duros de cerviz,
incircuncisos de corazón y de oídos! ¡Ustedes siempre ofrecen resistencia al
Espíritu Santo! ¡Como sus padres, así ustedes! ¿A qué profeta no persiguieron
sus padres? Ellos mataron a los que habían anunciado de antemano la venida del
Justo, de Aquel a quien ustedes ahora han traicionado y asesinado» Esto
causó tal furia, que se taparon los oídos y después lo mataron a pedradas.
Cristo es el verdadero descanso
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No se que pasara mañana, pero estaré bien |
Si estás cansado de intentarlo todo, con
resultados fallidos, que todo te está saliendo mal por más que te esfuerzas por
hacer las cosas bien; si la religión solamente te ha traído pesada carga. En
los que confiabas te decepcionaron, Cristo Jesús te dice hoy: «Venga
a mí todo el que esté abatido y cargado y yo le haré descansar. Lleva mi yugo
sobre ti, y aprende de mí que soy manso y humilde de corazón, y encontraras
reposo para tu alma, porque mi yugo es placentero y ligera mi carga.»
(Mateo 11:28,30) Solamente hay un mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo
hombre. Los hombres imponen cargas que ni ellos podrían llevar. No entran, ni
dejan que los demás lo hagan. Cuelan el mosquito y se tragan el camello, pero Cristo
Jesús
traerá descanso para tu alma, confía en Él.-
Gracias a Dios por Cristo Jesús Señor nuestro, porque Él es nuestro descanso y reposo de nuestra alma. Ese yugo puesto por la religión y èl del mundo es quebrado. Aleluya!!!
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