La naturaleza de los hombres soberbios y
viles es mostrarse insolentes en la prosperidad y abyectos y humildes en la
adversidad. (Maquiavelo)
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NATURALEZA HUMANA |
Salir de mi aldea para continuar estudiando,
era algo que no estaba dentro de mis planes, quizá porque intrínsecamente sabía
que eso era algo imposible; pero eso cambió. Un día menos pensado me encontraba
en el aula de un Instituto por cooperativa, absorbiendo como esponja seca, los
conocimientos de Ciencias Naturales. De pronto aparece una frase que llamó mi
atención: «Las cosas no son buenas ni
malas, depende del uso que uno haga de ellas», ¡wow! Era toda una
revelación, bueno, así lo califiqué porque no la entendí en absoluto. Hoy esa
frase como que va teniendo sentido. Algunos la usan para justificar que no
existe el bien y el mal, no sé qué piense usted al respecto, pero yo le daré mi
punto de vista. La frase enfatiza “LAS
COSAS” como algo que no puede ser bueno ni malo, hasta que aparece en
escena el “HUMANO” Ese pelo en la
sopa, que a muchos hace perder el apetito. En lo personal, si tengo hambre
solamente lo hago a un lado y continúo. Algo que no es simple de hacer en la
interacción social entre individuos, pero algunos usan el método llamado: «limpieza social». Hasta aquí no
pretendo dar a conocer que método usar para erradicar dicho inconveniente, sino
tratar de aclarar algunas dudas del porqué del comportamiento humano, esa
praxis del día a día. En praxiología, la mercadotecnia trata de averiguar que
motiva al ser humano a consumir cigarrillos, no, si eso es bueno o malo para la
salud. Una vez detectado el motivante, procuraran estimularlo para así aumentar
el consumo y por ende las ventas.

En una ocasión me encontraba en Retalhuleu
conduciendo una bicicleta apresurado, rumbo a una actividad en la congregación
donde asistía ese entonces. De pronto me encuentro frente a un policía, lo que
me obligó a detenerme de forma abrupta. Por suerte no lo investí, porque después
de lo que me dijo, hubiera ido a parar a la cárcel. _ Va en contra de la villa,
me dijo el agente. _ Lo siento mucho, no me di cuenta, le respondí. _ Sabe
amigo que el hombre es rebelde por naturaleza, fue su respuesta con su frente
arrugada. ¿Qué decirle ante tal premisa? Él estaba siendo arbitrario y por más
que traté de convencerle de no haberme dado cuenta, fue imposible. Por fin pude
irme de tan incómodo momento. Minutos más tarde se estaban doblando de la risa
en la reunión de jóvenes cuando les compartí lo sucedido. No podía apartar de
mi mente esa frase: “EL HOMBRE ES REBELDE
POR NATURALEZA” Tal vez era porque al verme mis amigos decían: Allí viene
el rebelde sin causa. Hasta hoy que estoy escribiendo me sigue produciendo
risa. ¿Qué día estaba teniendo el funcionario de la seguridad pública? Era quizá
otra revelación, porque no muy entendía y eso de que se nos hablaba de la desobediencia
de Adán a los estatutos establecidos por Dios y de haber heredado nosotros esa
actitud por ser él el tronco común de la humanidad.

Hoy en día, cuando hablamos de las «leyes de
la naturaleza», solemos referirnos a cosas como la ley de la gravedad, las
leyes de la herencia o las leyes de la química. Pero cuando los antiguos
pensadores llamaban a la ley de lo que está bien y lo que está mal «LA LEY DE LA NATURALEZA» se referían en
realidad a la ley de la naturaleza humana. La idea era que, del mismo modo que
todos los cuerpos están gobernados por la ley de la gravedad y los organismos
por las leyes biológicas, la criatura llamada hombre también tenía su ley...
con esta gran diferencia: que un cuerpo no puede elegir si obedece o no a la
ley de la gravedad, pero un hombre puede elegir obedecer a la ley de la
naturaleza o desobedecerla. Es aquí donde cobra sentido lo que le mencioné
anteriormente sobre “COSAS” “OBJETOS” Estas no pueden ser buenas o malas,
simplemente obedecen una ley. Podrá acaso el hombre decir: «Yo solamente estoy obedeciendo una ley»
Dejaré hasta aquí el tema para que tengamos
tiempo de meditar, además pretender dar una explicación sobre el bien y el mal
en un sólo tema, sería como lanzar una piedra a la mar. Espero despertar su
curiosidad e intelecto para que pueda ayudarnos a aclarar las ideas. Por
supuesto que haremos una reflexión sobre este tema a la luz de las Escrituras,
pero podría ser a la luz de lo cotidiano, así que comparta su experiencia. Nos
veremos en el siguiente capítulo de la serie “LA LEY DE LA NATURALEZA”
Espero acompañarles en este interesante viaje.-
ResponderEliminarDios te bendiga amigo Maynor. Buen tema y estaremos reflexionando al respecto. siempre tus temas en lo personal me ayudan a crecer en todo aspecto de la vida. Saludos y un fuerte abrazo.
ResponderEliminarGracias Rony por tus palabras y tomarte un tiempo y leerlo e ir mas allá. Bendiciones a tu vida.
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